Geotermia horizontal.
El más utilizado es el de circuito cerrado: se trata de una tubería de plástico resistente, tipo Polietileno, enterrado bajo tierra, que contiene una mezcla líquida de agua y anticongelante, que absorbe la temperatura del subsuelo y la transfiere al interior del edificio.
El sistema horizontal es preferible toda vez que su instalación es más económica, pero requiere una determinada extensión de terreno disponible, aproximadamente entre 1,5 y 2 veces la superficie a climatizar, dependiendo de las características del terreno. Son preferibles los terrenos húmedos, compactados y sin arenas. Las tuberías se entierran a profundidades a partir de los 80cm y el terreno queda inutilizado para plantar árboles, pero puede cubrirse con hormigón, arbustos, hierba, senderos o cualquier otra superficie, pero es recomendable que pueda haber infiltración del agua de lluvia.
La longitud del circuito depende de factores tales como la potencia de calor/frío que requiere el edificio y la conductividad del suelo, para disipar el calor/frío.
Cada uno de los circuitos esta formado por un rollo de tubo, sin uniones, lo que asegura su estanqueidad a lo largo del tiempo.