Consiste en el aprovechamiento de la luz del sol para producir energía eléctrica. La célula fotovoltaica es un dispositivo electrónico basado en silicio, que genera una corriente eléctrica de forma directa al recibir luz, por medio del efecto fotovoltaico.
Las células fotovoltaicas se combinan en serie, dando lugar a los paneles comerciales, los cuales a su vez pueden combinarse para conseguir las potencias adecuadas a cada necesidad. El rendimiento máximo obtenido en laboratorio ha superado el 30%, mientras que paneles comerciales se puede alcanzar desde el 14% hasta el 20%
Otro elemento fundamental en la instalación es el inversor, que es el encargado de convertir la corriente continua de los paneles solares a corriente alterna, tal y como se distribuye y consume en la red eléctrica. Es importante que esta labor se realice sin pérdidas considerables de potencia.
Para su aplicación práctica existen tres posibilidades
- Instalaciones de autoconsumo conectadas a la red. La instalación fotovoltaica suministra energía principalmente para que sea autoconsumida en nuestra vivienda o negocio. En el caso de que necesitemos energía cuando no hay recurso solar disponible la consumimos desde la red de la forma habitual. En el caso de que existan excedentes de energía se pueden ceder a la red y compensarlos.
- Instalaciones aisladas:Se llevan a cabo en lugares donde no existe acometida de la red eléctrica, y normalmente los gastos de dicha acometida son elevados. Van desde pequeñas instalaciones de cloración de agua, hasta viviendas o naves ganaderas en sitios apartados. Normalmente es requerido el uso de baterías










